viernes, 21 de abril de 2017

Ruinas de La Vega Vieja



"LAS RUINAS DE LA VEGA VIEJA". Conferencia dictada por el Dr. Luís Manuel Despradel.

La Historia dice....

".....un furioso movimiento sísmico convirtió en informe montón de tristes ruinas la blasonada Concepción de La Vega Real, joven enclavado en la pujante castellana en el mismo corazón del Cacicato de Magua".....

 
Así refiere Guido Despradel Batista en su Historia de La Concepción de La Vega, la destrucción de la ciudad, El 2 de Diciembre del 1562. Y prosigue ´´ jalón primerizo del empuje brioso de la Conquista en estas promisorias vastedades de América, la ciudad cantarina que hiciera extenderse a través del Océano el vigor y la gracia de Sevilla, después de un apogeo, y como nueva Pompeya, rodó de bruces al antro oscuro de la desolación y de la muerte.

Su hermosa Catedral, su Casa de Fundición (donde quizás en 1510 se acuñó la primera moneda de América), su extenso Monasterio de San Francisco, su imponente Fortaleza, sus ricas casas señoriales: todo rodó al suelo.. Pero ya era un pedazo de alma bizcará de España curtido en la fecundidad del seno joven de América, y su espíritu, inmortal, buscaría refugio para seguir realizando su perturbado destino´´

Cristóbal Colón en 1595. Fundó en el mismo verde corazón del Cacicazgo de Maguá la Fortaleza de la Concepción, de tapia y con amenas, apenas a diez o doce leguas de las minas de oro que con quinto al Rey daban a la corona de España más de trescientos mil (300,000) ducados al año. Alrededor de la Fortaleza, que es tal vez la primera de tapia que se fundó en América, se formó la Villa de la Concepción. Llegó a tener miles de habitantes y a ser cabeza de Obispado y fue además la principal ciudad de toda la Isla durante los primeros años

Cuentan los viejos cronicones que el Virrey Don Diego Colón acompañado de Doña María de Toledo y de su fastuosa corte dejaron la comodidad del Alcázar de Santo Domingo de Guzmán para visitar la floreciente Vega. Los virreyes apadrinaron la primera misa de Fray Bartolomé de Las Casas en la Monumental y rica Catedral Vegana, fue también la primera misa ´´ nueva´´ cantada en América, en la primada sede Episcopal de la Isla Española y del Nuevo Mundo.
La ciudad crecía y prosperaba, de todos los contornos isleños y de más allá de las islas venían ramerías interminables de visitantes, y la ciudad crecía, crecía y prosperaba, pero un día sonó en el oído de los conquistadores el cascabel de la codicia y de la aventura anunciando oro y riquezas nuevas en Costa Firme. La Vega, la Española toda comenzó a desplomarse y a decaer. La Colonia antes próspera se convirtió en trampolín para el salto esperanzado hacia las tierras nuevas.

Así el terremoto destruyó la ciudad de La Concepción de La Vega Real la noche del 2 de diciembre de 1562, ya eran pocos los habitantes: doce o veinte, pero talvez cuarenta personas vivían en la grade abandonada ciudad a esa fecha. Esas mismas personas fueron las que fundaron a orilla del Río Camú el villorrio de dieciséis (16) bohíos: comienzo de La Vega actual a ocho (8) kilómetros de la otra. Para ese entonces la destruida ciudad tenía triste fama de ser ´´ la más pobre y desolada que debe haber en el mundo´´, según la patética carta del franciscano Fray Nicolás Ramos a Felipe II.

El hecho de que en la ciudad destruida y bajo sus escombros no aparecieran cadáveres parece servir de apoyatura a mi tesis de que no murió casi nadie o que nadie murió en ese terremoto.

(genao-alerta, 2009)

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