"LAS
RUINAS DE LA VEGA VIEJA". Conferencia dictada por el Dr. Luís Manuel
Despradel.
La
Historia dice....
".....un
furioso movimiento sísmico convirtió en informe montón de tristes ruinas la
blasonada Concepción de La Vega Real, joven enclavado en la pujante castellana
en el mismo corazón del Cacicato de Magua".....
Así
refiere Guido Despradel Batista en su Historia de La Concepción de La Vega, la
destrucción de la ciudad, El 2 de Diciembre del 1562. Y prosigue ´´ jalón
primerizo del empuje brioso de la Conquista en estas promisorias vastedades de
América, la ciudad cantarina que hiciera extenderse a través del Océano el
vigor y la gracia de Sevilla, después de un apogeo, y como nueva Pompeya, rodó
de bruces al antro oscuro de la desolación y de la muerte.
Su
hermosa Catedral, su Casa de Fundición (donde quizás en 1510 se acuñó la
primera moneda de América), su extenso Monasterio de San Francisco, su
imponente Fortaleza, sus ricas casas señoriales: todo rodó al suelo.. Pero ya
era un pedazo de alma bizcará de España curtido en la fecundidad del seno joven
de América, y su espíritu, inmortal, buscaría refugio para seguir realizando su
perturbado destino´´
Cristóbal
Colón en 1595. Fundó en el mismo verde corazón del Cacicazgo de Maguá la
Fortaleza de la Concepción, de tapia y con amenas, apenas a diez o doce leguas
de las minas de oro que con quinto al Rey daban a la corona de España más de
trescientos mil (300,000) ducados al año. Alrededor de la Fortaleza, que es tal
vez la primera de tapia que se fundó en América, se formó la Villa de la
Concepción. Llegó a tener miles de habitantes y a ser cabeza de Obispado y fue
además la principal ciudad de toda la Isla durante los primeros años
Cuentan
los viejos cronicones que el Virrey Don Diego Colón acompañado de Doña María de
Toledo y de su fastuosa corte dejaron la comodidad del Alcázar de Santo Domingo
de Guzmán para visitar la floreciente Vega. Los virreyes apadrinaron la primera
misa de Fray Bartolomé de Las Casas en la Monumental y rica Catedral Vegana,
fue también la primera misa ´´ nueva´´ cantada en América, en la primada sede
Episcopal de la Isla Española y del Nuevo Mundo.
La
ciudad crecía y prosperaba, de todos los contornos isleños y de más allá de las
islas venían ramerías interminables de visitantes, y la ciudad crecía, crecía y
prosperaba, pero un día sonó en el oído de los conquistadores el cascabel de la
codicia y de la aventura anunciando oro y riquezas nuevas en Costa Firme. La
Vega, la Española toda comenzó a desplomarse y a decaer. La Colonia antes
próspera se convirtió en trampolín para el salto esperanzado hacia las tierras
nuevas.
Así
el terremoto destruyó la ciudad de La Concepción de La Vega Real la noche del 2
de diciembre de 1562, ya eran pocos los habitantes: doce o veinte, pero talvez
cuarenta personas vivían en la grade abandonada ciudad a esa fecha. Esas mismas
personas fueron las que fundaron a orilla del Río Camú el villorrio de
dieciséis (16) bohíos: comienzo de La Vega actual a ocho (8) kilómetros de la
otra. Para ese entonces la destruida ciudad tenía triste fama de ser ´´ la más
pobre y desolada que debe haber en el mundo´´, según la patética carta del
franciscano Fray Nicolás Ramos a Felipe II.
El
hecho de que en la ciudad destruida y bajo sus escombros no aparecieran
cadáveres parece servir de apoyatura a mi tesis de que no murió casi nadie o
que nadie murió en ese terremoto.
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